La tala ilegal es un motivo importante de preocupación a escala mundial al contribuir de modo relevante a la deforestación y degradación de los bosques del planeta. Consumiendo productos de madera certificada, nos aseguramos de que ésta provenga de una producción responsable.
Gracias a la gestión sostenible de la industria de la madera, en las últimas dos décadas la superficie forestal europea ha comenzado a aumentar de nuevo sensiblemente. Pese a ello, hoy en día en España solo un 13% de los bosques tienen un plan de gestión sostenible. Eso hace a nuestro país muy vulnerable a la deforestación y a los incendios.
En la actualidad, existen dos tipos de certificaciones internacionales: FSC (Forest Stewardship Council) y PEFC (Program for Endorsement of Forest Certification). Ambas tienen como objetivo garantizar que la gestión forestal sea ambientalmente apropiada, socialmente beneficiosa y económicamente viable.
En la práctica, significa que cuando una madera sale de un bosque certificado, los gestores forestales y las empresas que intervienen en la cadena de transformación han sido evaluados por una entidad certificadora independiente, que verifica de forma periódica el cumplimiento con unos estándares internacionales.
La certificación de la gestión forestal se basa en diez criterios que implican que no haya deforestación ni conversión a otros usos, así como asegurar el mantenimiento de la biodiversidad y de los procesos ecológicos. Desde un punto de vista social, se persigue la protección de los derechos de los trabajadores, comunidades y grupos indígenas.
La Cadena de Custodia es la ruta que toman los productos desde el bosque, o en el caso de materiales reciclados, desde el momento en que el material es recuperado, hasta el punto de venta. Incluye cada una de las etapas de obtención, procesamiento, comercialización y distribución, donde el avance hacia la siguiente etapa de la cadena de suministro implica un cambio de propiedad del producto.
Esto permite que se evite la venta de madera aprovechada ilegalmente, madera extraída violando derechos civiles, madera procedente de bosques protegidos y amenazados o madera de bosques con árboles modificados genéticamente.
Los motivos principales para el consumo de madera certificada son los siguientes:
- Ventajas ambientales. Limpiar y gestionar correctamente los montes reduce el riesgo de incendios, conserva la biodiversidad, contribuye a mitigar el cambio climático y ayuda en conservar los acuíferos y la calidad del suelo.
- Beneficios económicos. La gestión de los bosques mejora la productividad de la industria de la madera racionalizando la explotación y el aprovechamiento forestal.
- Genera empleo y bienestar social. Los bosques no sólo producen madera, también producen corcho, leña y, resinas. La industria de los montes genera empleo y beneficia a un gran número de personas.
- Cuida el entorno. Mantener los bosques en buen estado ayuda al desarrollo de las zonas rurales y motiva actividades de ocio en la naturaleza.