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El plástico, un problema a nivel mundial

Cada año se producen millones de toneladas de plástico, gran parte de las cuales termina en nuestros océanos, bosques y espacios naturales. Uno de los eventos clave para concienciar sobre este problema mundial es el Día sin Bolsas de Plástico, una jornada dedicada a promover el uso responsable de este material y fomentar alternativas más sostenibles. Hoy exploraremos el impacto que tienen los materiales plásticos, muy presentes en el mundo de la construcción, y sus derivados tóxicos en el medio ambiente.

Los plásticos, materiales sintéticos derivados del petróleo, se han vuelto omnipresentes en nuestra sociedad debido a su versatilidad y reducido coste de producción. Sin embargo, son estas mismas cualidades las que ha llevado a su uso descontrolado y a su posterior acumulación masiva. Especialmente en el caso de los objetos de un solo uso (bolsas, botellas y envoltorios) que representan la gran parte de estos desechos. El 99% de todo el material nuevo se fabrica a partir de combustibles fósiles como el petróleo y el gas natural; es decir, el plástico que consumimos comienza a destruir nuestro planeta mucho antes de que se convierta en basura.

El impacto de este material, es cuanto menos preocupante. Se estima que cada año ingresan en nuestras aguas hasta 12 millones de toneladas, amenazando la vida marina y los ecosistemas costeros. Las aves marinas, los peces y las tortugas pueden confundir los fragmentos de plástico con alimento y sufrir obstrucciones internas o asfixiarse. Sin olvidar que estos plásticos se acumulan en la cadena alimentaria y pueden afectar a la salud humana.

La Universidad de Newcastle sugiere que, a nivel mundial, ingerimos semanalmente un promedio de plástico equivalente a una tarjeta de crédito. Pero la cosa va más allá, en la Universidad Libre de Ámsterdam, analizaron la sangre de 22 donantes anónimos, de los que 17 presentaron cinco polímeros diferentes. Tereftalato de polietileno (PET), polietileno y estireno.

Pero el impacto de los plásticos no se limita solo a los océanos. Los ecosistemas terrestres también se ven afectados por la contaminación plástica. A diferencia de otros materiales, como el papel o el cartón, el plástico puede tardar cientos de años en degradarse completamente. Esto significa que los desechos plásticos que arrojamos hoy seguirán contaminando durante generaciones futuras. Analizando el mundo de la construcción, aunque no seamos muy conscientes de ello, los plásticos conforman un material más abundante. De hecho, aproximadamente un 20% de los plásticos que se utilizan en Europa son para productos de la industria de la construcción convencional. Y después de los envoltorios, es en este sector donde más se utilizan.

Ante este panorama, es fundamental adoptar medidas para reducir el uso de este material y fomentar alternativas más sostenibles y ecológicas. Una de las acciones más efectivas es empezar a cambiar materiales derivados del petróleo por materiales de origen natural, inertes e inocuos tantos para el medio como para las personas.

Hablamos de cambiar las carpinterías de PVC por ventanas de madera, cambiar las tuberías convencionales por polipropileno (alternativa que no tiene cloro en su composición), aislantes térmicos XPS y EPS (llamado erróneamente corcho blanco) por corcho natural, pinturas acrílicas por pinturas naturales al silicato, hasta lo más básico como volver a usar envoltorios de papel y cartón.  La clave reside en volver a estudiar el ciclo de vida del plástico y alejarnos del uso de los combustibles fósiles.

Al ritmo que seguimos utilizando plástico, esta cifra podría aumentar exponencialmente a corto plazo. El impacto que esto tiene en el ecosistema, la vida marina y los seres humanos es potencialmente irreversible. Ha llegado el momento de revestir estas cifras, a qué esperas?