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La realidad de los bosques en España

La leyenda popular dice que la península ibérica era tan frondosa que una ardilla podía cruzarla de sur a norte saltando de árbol en árbol, sin llegar a tocar el suelo. En cambio, las noticias de las últimas décadas apuntan que tres cuartas partes del territorio nacional está en riesgo de desertificación. ¿Estamos ante un escenario apocalíptico? Desgranemos un poco el asunto.

 

Bosques - ArquimaSi bien es cierto que el proceso de desertificación de la península ibérica es una realidad, esto no significa que nuestro territorio se vaya a convertir en desierto. Significa que aumentan las tierras secas, zonas proclives a sufrir sequías frecuentes en las que la vegetación y los matorrales secos pueden arder en incendios forestales. Incendios que a su vez agravan los procesos erosivos y desertificación.

 

De hecho, las cifras más recientes apuntan a que la superficie forestal nacional está en pleno crecimiento. Mientras que en todo el continente europeo las masas forestales se incrementan a un ritmo lento, en España el aumento lleva varias décadas creciendo con premura. Cerca del 35% desde 1990, según datos del Inventario Forestal Nacional.  En la actualidad, somos el tercer país europeo con mayor superficie forestal, después de Suecia y Finlandia. La famosa ardilla que cruzaba la Península Ibérica de árbol en árbol lo tendría más fácil ahora que en 1900. España es un país de contrastes y este tema no podía estar exento.

 

Vivimos en un país forestal con poca cultura sobre nuestros bosques.  La despoblación del medio rural ha permitido que la masa forestal crezca (mucho), pero al mismo tiempo esto provoca el no aprovechamiento de los recursos que el bosque ofrece y contribuye a aumentar el riesgo de propagación de grandes incendios. Incendios que a su vez general tierras yermas y fomentan la desertificación. De nada sirve tener una gran masa forestal si esta presenta baja biodiversidad y una salud deficiente.

 

El incremento del arbolado, bendición en lo que se refiere en la absorción del dióxido de carbono y producción de oxígeno, se convierte en una bomba de relojería si el bosque no se cuida y, a consecuencia del aumento de las temperaturas (sin olvidar la mano humana, culpable del 95% de los incendios), fomenta las calcinaciones de territorios. Estamos ante una situación paradójica que hay que afrontar con urgencia para tratar de evitar daños mayores.

 

Nueva fábrica - Arquima¿Qué podemos hacer ante este problema? Fomentar una recuperación dirigida del territorio boscoso y planes estudiados de restauración forestal. Todos coincidimos en que tener más árboles es beneficioso, pero solo si el aumento se produce de manera controlada. Y eso es justamente lo que está no está pasando en España. Greenpeace avisa, “las prioridades de actuación no tienen que ser repoblaciones masivas si no se asegura una gestión posterior, ya que contribuirán al aumento de cargas combustible”.

 

Volvemos a las cifras. Pese a que el 80% de la masa forestal (mucha de la cual es de propiedad privada que desconoce ser titular esa parte de territorio) no cuenta con instrumentos de ordenación, los compañeros de la  Fundación Global Nature con su proyecto LIFE SORIA FOREST ADAPT, la Fundación Centro de Servicios y Promoción Forestal y de su Industria de Castilla y León (Cesefor),  PEFC España y FSC España, están haciendo una excelente labor divulgativa sobre la importancia de la gestión forestal, necesaria para adaptar nuestros bosques a la realidad actual. Tenemos que recuperar el bosque de forma sostenible, adaptándolo para que tenga menos carga de combustible y recuperar poco a poco las superficies desertificadas.

 

Aquí entra el factor rural y local, gran perjudicado ante la falta de políticas ambientales y habitacionales. Se tiene que dar un empujón y reactivar la economía rural para que contribuya a recuperar los territorios y sumar una mejora en las políticas preventivas para gestionar el riesgo de incendios en las zonas ZAR (zonas de alto riesgo).  Por no hablar de reducir la demanda de agua e intentar reducir el estrés hídrico de nuestras tierras.

 

Desgraciadamente, existe la falsa creencia de que los aprovechamientos forestales son una causa directa de la deforestación y de la degradación del monte. Pero la realidad es todo lo contrario. El bosque, como cualquier planta que podamos tener en casa, necesita ser limpiado, podado, saneado. Como nuestras flores en el balcón, cuanto más se cuide un bosque mejor crecerá.

 

Extraer árboles de forma controlada asegura que los que no se hayan talado crezcan mejor, más sanos y más fuertes. Básicamente se rejuvenece la masa y se fortalece, lo que ayuda al resto de la flora y, por ende, a la fauna. Además, los árboles jóvenes son un 25% más eficaces absorbiendo carbono y por tanto se genera un mayor sumidero de CO2. La tala controlada de las zonas más densificadas de un bosque (aclareo) o cortas planificadas para dar mayor espacio físico para el desarrollo de los árboles (entresacas), son prácticas fundamentales en los trabajos de gestión forestal para ayudar a que el bosque esté sano y que sean menos vulnerable al estrés hídrico. Volvemos a la imagen de la maceta en nuestras casas, si tenemos demasiadas plantas en una sola maceta, competirán entre ellas, debilitándose todas. Lo mismo pasa con los árboles.

 

Proyectos Arquima - Sant Andreu 3En ARQUIMA estamos muy concienciados con estas problemáticas, ya que la madera de los árboles forma parte de nuestro sistema constructivo y del modo en el que entendemos el futuro de la edificación. Realizamos proyectos llave en mano con su sistema industrializado con estructura de madera y para ello contamos con nuestra propia fábrica, que hace pocos meses hemos ampliado de manera considerable.

 

A partir del año que viene, en pro de poder mejorar la salud de nuestros bosques, contaremos también con un aserradero propio para generar materia prima ad hoc. Con esta concesión la empresa consigue controlar todo el proceso constructivo, desde el aserrado del tronco hasta la entrega de llaves. Nos abasteceremos de madera de Km.0 de ámbito nacional, reduciendo las emisiones de CO2 derivadas de nuestra actividad por el transporte.

 

El plazo de vigencia de la concesión demanial del aserradero, situado en el Real Sitio de San Ildefonso, es de 25 años. Con esta adjudicación y su explotación, ARQUIMA contribuirá a la generación de actividad económica en el municipio y fomentará el empleo local en el entorno de los montes de Valsaín y del Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama.

 

La historia del emblemático aserrío de Valsaín se remonta a 1884, cuando inició su actividad bajo el patrocinio de la Casa Real. Con el tiempo, la titularidad del inmueble pasó a Patrimonio Nacional, después al Instituto Nacional para la Conservación de la Naturaleza y, finalmente, al Organismo Autónomo Parques Nacionales.

 

En 1952, Patrimonio Nacional construyó una nueva nave e instaló una fábrica, que fue remodelada y automatizada en 1985, pero en 2005 se produjo un incendio que afectó la maquinaria y parte del edificio y que paralizó la actividad productiva por un largo periodo de tiempo. En 2010 se retomó la actividad con nueva maquinaria, pero sólo estuvo en funcionamiento dos años. En 2015 y 2017 hubo nuevos intentos para reiniciar su actividad, pero su explotación no fue posible.

 

El pasado mes de julio el Ministerio de Transición Ecológica declaró el Real Taller de Aserrío Mecánico, el original de 1884, como Bien de Interés Cultural en la categoría de Monumento. Con este reconocimiento, el Organismo Autónomo Parques Nacionales ha iniciado la restauración del taller y prevé su apertura para uso público y visitas guiadas. A partir de 2024 nuestros edificios se fabricarán con la madera procedente de los bosques del Sierra de Guadarrama.

 

Proyectos Arquima - Sant Andreu 3A medida que van creciendo, los árboles jóvenes almacenan en sus fibras el CO2 tomado del aire para su crecimiento, por ello, al utilizar la madera en la construcción, los edificios se convierten en un sumidero de carbono.  De inicio, el impacto de las emisiones de gases de efecto invernadero derivados de la extracción de madera es muy bajo, si a esto le sumamos que dicho material proviene de bosques cercanos, será muy fácil conseguir edificios ‘carbon neutral’ y cumplir con todos los requerimientos que se nos marcan para el año 2030.

 

Los bosques españoles tienen un potencial formidable para el sector maderero. Cuidarlos y gestionarlos es algo beneficioso para muchas personas y por muchos motivos: genera empleo local, evita el abandono de las zonas rurales, aumenta la cultura y el respeto por los bosques y disminuye el riesgo de incendios. Con el retomar del aprovechamiento del pinar de Valsaín se volverá a demostrar que una gestión forestal sostenible genera un monte cuidado y sano.

 

Si queremos disminuir la deforestación, la mala gestión, el abandono rural y fomentar el crecimiento del monte toca promover un sector forestal en el que los bosques sean gestionados de manera responsable y sostenible. Queremos que la ardilla vuelva a cruzar España, sur a norte y de este a oeste, pero que lo haga por bosques sano, productivo, biodiverso y vital.

 

Stefano Carlo Ascione

Arquitecto, Director de Marketing y Comunicación de ARQUIMA

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