Basadas en principios de la arquitectura pasiva tradicional e incluyendo tecnologías avanzadas, las casas y edificios que están construidos según los estándares passivhaus son aquellas casas y edificios en los que se reduce en un 75% las necesidades de calefacción y de refrigeración, y el resto de energía puede ser cubierta fácilmente con energías renovables.
La base de un edificio passivhaus es la misma que para un edificio bioclimático, un buen diseño pasivo de la envolvente teniendo en cuenta factores como orientación, compacidad del edificio, protección solar, etc.
Para encontrar el origen del certificado hay que remontarse casi tres décadas en el pasado. En 1988 los profesores Bo Adamson, de la Lund University de Suecia, y Wolfgang Feist, del Instituto de Edificación y Medio Ambiente de Alemania, idearon este tipo de estándar energético y acuñaron el término passivhaus (“casa pasiva” en alemán). Hoy, esta palabra sirve además para dar nombre al sistema de estandarización –emitido por el Passivhaus Institut alemán– bajo el que todas las construcciones pasivas del mundo tienen que cumplir una serie de requisitos para ser clasificadas como tal. Hoy en día es el estándar energético más exigente del mundo.
En ARQUIMA usualmente trabajamos en la definición estructural de la envolvente de madera, con los criterios de sostenibilidad y eficiencia energética pero en caso de certificar el edificio siendo aún más exigentes en los planteamientos de montaje (que aseguran la hermeticidad de la envolvente), en los espesores de los aislamientos, la definición de las prestaciones térmicas y solares de carpinterías y vidrios, y la definición de los detalle.
Los puentes térmicos son aquellos puntos de la envolvente de un edificio que se debilitan debido a un cambio de su composición o al encuentro de distintos planos o elementos constructivos. Un correcto planteamiento de los edificios y casas construidos permite eliminar los puentes térmicos y así, eliminar las pérdidas de energía.
El estándar passivhaus garantiza la máxima continuidad de la envolvente exterior reduciendo al máximo los puentes térmicos y garantizando la no formación de condensaciones ni de mohos superficiales.
Las carpinterías utilizadas tienen muy baja transmitancia térmica y las ventanas son de doble o triple vidrio, dependiendo del clima, combinadas con carpinterías de altas prestaciones térmicas, rellenas de un gas inerte. En función de las condiciones climáticas se realiza la selección del vidrio, y ésta varía en función del factor solar.
La alta estanqueidad de las carpinterías previene problemas de humedad, aumenta la eficiencia energética, mejora aislamiento acústico, mejora el confort interior, crea un ambiente saludable.
Los puentes térmicos son aquellos puntos de la envolvente de un edificio que se debilitan debido a un cambio de su composición o al encuentro de distintos planos o elementos constructivos.
Un correcto planteamiento permite eliminarlos y así, evitar las pérdidas de energía.
En una construcción convencional es muy común que se den corrientes de aire a través de las ventanas, de las puertas, y de cualquier otro hueco de la vivienda. Esto se produce porque la vivienda no es hermética.
En una construcción passivhaus, la envolvente debe ser lo más estanca posible logrando que no haya filtraciones de aire entre ventanas y que el sistema de ventilación mecánica sea más eficiente.
Este requisito es el que garantiza la calidad del aire interior de los edificios certificados passivhaus. La función primordial de este tipo de ventilación es asegurar la calidad higiénica de los espacios interiores y garantizar la extracción de agentes que pueden ser nocivos para el cuerpo humano o el edificio como CO2 y otros gases nocivos como el radón, vapor de agua, componentes orgánicos volátiles (COV) y olores de la actividad humana.
A modo de resumen, una casa passivhaus en el clima mediterráneo tiene que cumplir las siguientes condiciones:
Demanda máxima de energía útil para calefacción, 15 kWh/m2año.
Según la directiva Europea 2010/31/EU, a partir del año 2018 para edificación pública, y 2020 para el resto de edificios de nueva construcción, éstos deberán ser de consumo energético casi nulo (nZEB-nearly Zero Energy Buildings).
En Arquima nos hemos adelantado al cumplimiento de esta normativa mediante un sistema constructivo capaz de asegurar edificios con certificaciones energéticas A, las máximas actualmente, e incluso certificados por entidades internacionales como el Passivhaus Institut, LEED, Verde-GBCe, entre otras.
En ARQUIMA ofrecemos una alternativa respetuosa con el medio ambiente reduciendo el exceso de emisiones de CO2 en el planeta utilizando materiales con la mínima huella de carbono como es la madera procedente de los bosques gestionados de forma sostenible y certificados con los sellos PEFC o FSC, además de apostar también por otros materiales naturales, reciclables o reciclados para aislamientos y trasdosados.
Ahora que sabéis más acerca de las casas y edificios construidos bajo el estándar passivhaus, podéis hacernos las consultas que estiméis necesarias, e incluso contactarnos para pedir presupuesto de vuestra futura vivienda, o la de vuestros clientes construída con el estándar passivhaus.