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¿Qué es la Semana Mundial del Agua?

Hoy, 20 de agosto, inicia la Semana Mundial del Agua que tendrá lugar hasta el próximo 24 de agosto. El evento se llevará a cabo en Estocolmo bajo el lema: “Semillas de Cambio: Soluciones Innovadoras para un Mundo Sabio del Agua”.

 

Durante la celebración del evento, agentes de todo el mundo tratarán de buscar soluciones a la disponibilidad de este recurso imprescindible para la vida. Entre los principales retos, sin dudas, el calentamiento global es uno de ellos, que afecta a la disponibilidad de agua en el planeta, e incluso y sin ir más lejos, en nuestro país estamos afrontando una de las sequías más importantes de la historia. En España gastamos más de la que podemos permitirnos. El nivel de los embalses sigue descendiendo mientras crece el consumo por el calor asfixiante y los cultivos por regadío.

 

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE)  avisa  que nuestro país vive la peor sequía de la UE y está entre los tres estados de la OCDE con mayor estrés hídrico.

 

El agua potable es un derecho humano: los datos que debemos conocer

 

Según la FAO, se estima que el planeta contiene 1.400 millones de km³ de agua. Sin embargo, solo el 0,003% de esta  cantidad, es decir, unos 45.000 km³ es potable. Y no toda esta agua es accesible, ya que parte de ella desemboca en ríos remotos durante las inundaciones estacionales. En el último siglo, además, el consumo de agua ha crecido casi el doble que la tasa de crecimiento de la población.

 

El derecho al agua y al saneamiento fue reconocido como un derecho humano por la Asamblea General de la ONU en 2010. Sin embargo, todavía hay al menos 2100 millones de personas en todo el mundo que viven sin agua potable en sus hogares. Estos incluyen comunidades rurales, personas que han sido desplazadas debido a guerras y conflictos locales y áreas donde el cambio climático está haciendo que el agua sea cada vez más escasa.

 

La disfunción a lo largo del ciclo del agua socava el progreso en todos los principales problemas mundiales, desde la salud hasta el hambre, la igualdad de género hasta el empleo, la educación hasta la industria y los desastres hasta la paz. En 2015, el mundo se comprometió con el Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) número 6 como parte de la Agenda 2030: la promesa de que todos tendrían agua y saneamiento gestionados de forma segura para 2030. En este momento, estamos seriamente desviados.

 

El agua en el sector de la construcción

 

El sector de la construcción es responsable del 16% del consumo mundial de agua, mientras que un 9% de las extracciones de agua de fuentes naturales destinadas al sector industrial, se emplearon en la producción de hormigón.

 

La construcción de una casa es un proceso que puede tener un impacto significativo en el medio ambiente y en la sociedad, especialmente en términos de consumo de agua durante las fases de cimentación. La utilización intensiva de agua en la construcción de casas no solo agota los recursos hídricos, sino que también puede contaminarlos y afectar la calidad del agua.

 

Sistemas en seco para evitar el consumo del agua innecesario

 

El agua está presente en cada ciclo de la construcción: no solo en las fases de ejecución de obra y en la obra concluida, sino también en la producción de los materiales empleados, los que pueden requerir grandes cantidades de este recurso. Una construcción sostenible debe velar por reducir el impacto sobre el ciclo del agua en todas sus fases, incluyendo los procesos constructivos, lo que implica un uso racional, evitando la contaminación de napas freáticas y flujos de agua.  En una construcción convencional, el consumo total de agua en una obra de vivienda unifamiliar exenta de entre 100 y 200 m2 de superficie, con estructura de hormigón y cerramientos de ladrillos.

 

El primer paso para reducir ese consumo es eligiendo un sistema constructivo en seco (en lugar de húmedo) estaremos actuando en casi el 85% del consumo total. Y es entonces donde los beneficios del entramado ligero como sistema constructivo se ponen en evidencia. En el caso de la construcción con madera dichos consumos pueden reducirse prácticamente a cero en la utilización de agua en las envolventes, por no utilizarse agua en la ejecución de la estructura, en los cerramientos y algunos revestimientos tipo las fachadas ventiladas ejecutadas en seco.

 

Construir con entramado ligero de madera otorga la garantía de construir con un sistema confiable que nos hace protagonistas de un cambio que impacta de manera positiva en el ahorro de nuestro recurso más valioso, el agua.

 

¿Te animas a ser parte de este gran cambio?

 

 

 

 

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